Hoy 31 de agosto cerró el mercado en Italia y estas fueron las partidas y las llegadas del mercado rossonero con las distintas modalidades de las transferencias y los equipos de origen o destino:
PARTIDAS POR DESVINCULACIÓN – Jeremy Menez (Bordeaux), Alex (Porto), Kevin-Prince Boateng (Las Palmas), Michael Agazzi (Cesena), Philippe Mexes, Christian Abbiati.
PARTIDAS A PRÉSTAMO – Diego Lopez (Espanyol), Jherson Vergara (Arsenal Tula), José Mauri (Empoli), Hachim Mastour (PEC Zwolle).
VENTAS – Alessandro Matri (Sassuolo), Stephan El Shaarawy (Roma, club que ya lo tuvo el semestre pasado a préstamo y en esta cesión de mercado ejerció el derecho de compra).
LLEGADAS – Gianluca Lapadula (Pescara), compra de 16M; Leonel Vangioni (River Plate), parámetro cero; Gustavo Gomez (Lanus), compra de 8M; Jose Ernesto Sosa (Besiktas), compra 7.5M; Mario Pasalic (Chelsea ), préstamo simple; Mati Fernandez (Fiorentina), préstamo de 500 mil euros con opción de compra de 1 millón.
EVALUACIÓN – A todas luces el mercado del Milan una vez más fue deficiente (por usar un eufemismo). Se gastaron 16M en Lapadula asumiendo que Bacca sería vendido, cosa que finalmente no sucedió (por fortuna: el colombiano fue el goleador la temporada pasada y debutó con tripletta esta temporada) y entonces se gastó la mayor cantidad de dinero del exiguo presupuesto en un suplente. En las dos primeras fechas el Milan recibió 6 goles (desde el 83 que no sucedía esto), demostrando la debilidad de la saga central y del mediocampo, repartos que no fueron reforzados adecuadamente. La última compra fue Matías Fernández, que es enganche (difícil que Montella cambie el 4-3-3 para darle espacio en esa posición) o también puede jugar como externo ofensivo, lugares que ya tienen dueño en Niang y Suso, y ya tenía suplentes en Honda, y también en Bonaventura que puede subir a esa posición en caso de necesidad. Como ha sido la tónica en los últimos años, se compra por comprar, aprovechando «oportunidades» como Vangioni (parámetro cero), sin considerar si un puesto ya está archi-cubierto (Antonelli, Calabria, De Sciglio), y sin pensar realmente lo que se necesita para armar un plantel realmente competitivo. La única esperanza para que esta temporada no represente un nuevo fracaso es que al finalizar el primer semestre el Milan no esté tan lejos de la clasificación a copas europeas en la tabla de posiciones y el mercado de enero, asumiendo que los misteriosos y desconocidos chinos concreten la compra del club, permita reparar los evidentes baches que tiene este plantel.